Como ya todos sabemos, el objetivo fundamental de cualquier empresa es generar ventas; algo que se consigue mediante las estrategias más eficaces, enfocando todo a una audiencia bien definida y reforzando esa relación mediante contenido de valor que no lleve implícito un mensaje demasiado comercial.
Primero lo primero: ¿qué es una estrategia de marketing?
Teniendo en cuenta todo lo mencionado en el párrafo anterior, básicamente se podría decir que una estrategia de marketing es la vía ideal para impactar en una audiencia concreta generando un deseo de compra real y ejecutable en un plazo de tiempo reducido. Entre las principales ventajas que trae una estrategia de marketing a la empresa, encontramos:
- Potencia las ventas de manera constante.
- Permite a la empresa a mantenerse activa en el mercado y crecer.
- Ayuda a comprender las necesidades reales de los clientes.
- Fortalece la relación entre la empresa y el público objetivo.
- Propicia el posicionamiento de marca.
- Destaca las cualidades de la empresa entre la competencia.
Todos estos puntos, finalmente, se traducen en una sola cosa: aumento de ventas, lo cual nos lleva a examinar un punto importante dentro de la ecuación:
El rol de las redes sociales
Desde el año 2003, cuando aparecieron las primeras redes sociales el mundo del marketing digital cambió por completo a pasos acelerados.
Hoy en día, menos de una década después, las redes sociales juegan un papel importantísimo en nuestras vidas, ya que -según los últimos datos- el 77% de los usuarios no comprarían nada que no pudieran ver antes en redes sociales. Por lo tanto, la ejecución de contenidos interesantes y valiosos se vuelve más relevante que nunca, sirviendo también como una estrategia de diferenciación con la competencia.
Una vez que el usuario muestra cierta atracción por los contenidos, genera un lead, que es el primer paso para comunicarnos con él de manera justificada y armónica.
Aunque hablamos de su gran importancia, debemos tener en cuenta que las redes sociales son solo una arista dentro de las estrategias omnicanal, donde todo debe estar organizado para un funcionamiento en conjunto, permitiendo al usuario involucrarse en un proceso de inbound marketing, como el que veremos a continuación.
Inbound Marketing: contenido y experiencias valiosas
Este proceso implica crear una campaña de marketing donde el usuario empieza a sentir (de manera consciente o inconsciente) que nuestro producto o servicio puede satisfacer una necesidad, y lo valora gracias a las diferentes acciones que podemos ejecutar dentro de un proceso denominado “embudo de ventas” o “funnel de ventas”.
Actualmente, como el sector digital alcanza altos niveles de optimización, es fundamental dominar ciertos elementos propios de la transformación digital. Por ejemplo, encontramos procesos de automatización del marketing que hacen más productiva la gestión del tiempo y la planificación de las comunicaciones con el cliente, sobre todo vía email marketing. Estas comunicaciones, unidas a una correcta estrategia de marketing de contenidos, harán que el consumidor termine convirtiéndose en cliente sin necesidad de ejercer presión por parte de la empresa.
Por otra parte, es igual de importante gestionar correctamente una web o landing page, estructurar los procesos de growth hacking y la incorporación de un CRM que nos permita manejar adecuadamente el volumen de información y datos de usuario, diferentes softwares de venta y analítica digital donde podamos analizar los resultados para valorar el éxito y/o margen de mejora de nuestras acciones, si no sabemos medir será imposible acertar con los pasos que demos.
Hablamos de un todo, donde cada una de las partes que lo forman debe tener el peso adecuado y la estrategia definida. Si hablamos, por ejemplo, de una web debemos tener en cuenta el uso de un SEO correcto (posicionamiento gratuito) y emprender acciones SEM (como “Google Ads”) en base a las palabras clave determinadas, que nos aproximen a una audiencia que está buscando lo que ofrecemos. Estos motores de búsqueda producen un impacto contundente en el usuario, propicia un tráfico web de alta calidad y, por ende, genera un lead de gran valor.
En resumen, un proceso de venta a través del marketing digital es una labor compleja donde todos los ejes que forman parte de la estructura deben estar estudiados al milímetro, medidos a diario y optimizados al máximo para que el usuario, allá donde nos encuentre, sienta una atracción y valore que seamos nosotros los que cubramos esa necesidad.